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viernes, 30 de septiembre de 2011

Un mundo para todas y todos


En esta sección abordaremos y comentaremos las noticias más significativas que vayan sucediéndose a lo largo de la semana y que nos han llamado la atención por su dramatismo, impacto social o relevancia en la lucha por la igualdad de las mujeres. En esta ocasión no podemos dejar de mencionar la increíble noticia que ha circulado por todas las redacciones del mundo:  

El rey de Arabia Saudí indulta a una mujer que iba a ser condenada a 10 latigazos públicos por el delito de conducir un coche. 

Parece increíble que en el mundo en que vivimos, en uno de los países más ricos del mundo por su producción de petróleo, el monopolio machista de las instituciones que se da en la mayoría de países árabes aún llegue a sorprendernos. El caso de Arabia Saudí es sangrante: las mujeres no pueden votar ni presentarse a las elecciones (y eso que allí el parlamento es un mero adorno), no pueden ocupar cargos públicos intermedios y en los colegios públicos les está vetado hacer Educación Física. Además, está prohibido que conduzcan o que realicen cualquier tipo de actividad pública que nosotros consideraríamos "normal". Lo más sorprendente (y doloroso) del tema es que en Europa y América van surgiendo corrientes que tildan esto como "su cultura" y que afirman que occidente no se debe meter en los asuntos de los países árabes. Está claro que la Declaración de los Derechos del Hombre llegó a Europa bastante tarde (siglo XVIII) pero fue aprobada por la ONU (de la que forman parte la mayoría de estos países) y supuso un avance mundial reconocido a nivel planetario. El problema es que parece que en algunos lugares sólo se aplica a la mitad masculina de la población. Si nos dejamos llevar por la justificación que relativiza todo con "es racismo, hay que dejar que sigan su cultura", entonces las mujeres no conducirían, llevarían siempre velo (incluso en Europa, pues nuestras abuelas lo llevaban), el luto duraría años, las mujeres no estudiarían, no se podría comer carne los viernes, las mujeres no podrían abrir cuentas bancarias sin el permiso de sus maridos, el delito de adulterio estaría tipificado sólo para ellas (y las lapidan), etc. Curiosamente en esas culturas nunca se pone velo a los hombres, ellos ocupan la parte delantera de las mezquitas, pueden conducir sin ningún tipo de problema, en algunos casos tener varias esposas... Suma y sigue. Encima, los noticiarios se felicitan porque el "magnánimo" rey haya perdonado a esta pobre mujer que cometió un delito tan cruel para sus semejantes...

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